Words like violence
Break the silence
Recuerdo una oportunidad en la que el silencio se hizo grande con una aceleración tal que los que hablaban se quedaron mudos y los sordos se vieron obligados a escucharlo.
Come crashing in
Into my little world
Fue en ese momento en que la fiesta termina, en que es el turno del lenguaje para irse a su propia fiesta. El silencio del final de la fiesta goza de una singularidad propia, diferente de otros silencios: por una parte, es el silencio que destaca la ausencia de música; por otra, es el silencio que obliga las palabras. Ese momento en que la música renuncia y las palabras trotan, dibuja un pequeño estado de excepción, uno donde las cosas y sus reglas no tienen una definición muy clara. «¿Podemos hablar?», me preguntó Rose, cuyo vestido negro destacaba sus piernas blancas y su tono de voz exhibía peligrosa inteligencia: había pensado mucho en el diseño de las palabras que tenía acumuladas detrás de su pregunta. Le hice un breve gesto que nos invitaba a salir del campo de silencio.
Vows are spoken
To be broken
Feelings are intense
Sin decir palabra alguna, Rose hizo de su propio silencio algo que aplastó las migajas de ruido que comenzaban a asomarse tras los focos y los vasos. El suelo pegajoso era una metáfora del ambiente que constituimos al dar forma a un silencio propio: nuestros botines nos gritaban que no camináramos más, que nos quedáramos quietos. «Sonó Depeche Mode», fue lo primero que me dijo, aunque no usó palabras: ambos pensamos que eso diría el otro. Justo antes de comenzar la fiesta apostamos que sonaría Depeche Mode, y sonó. No apostamos nada, aunque ambos sabíamos que podía ser una excusa para una despedida.
Words are meaningless
And forgettable
A mí me incomodaba su silencio de semanas. Me dolía, me hería. Aunque era una forma de silencio que tampoco se rompía simplemente con palabras: es un silencio que hace de las palabras algo muy muy pequeño, un silencio que hace de los muros del mundo algo tan alto que su forma no puede ser calculada. Su silencio hacía de mi mundo algo pequeño, inútil y sin sentido.
Words are very unnecessary
They can only do harm
Me miró y entendí que sólo caminaríamos. Ya lejos de lo que hace pocos minutos había sido una fiesta, me dijo un par de cosas que no lograron romper el silencio: eran palabras tan pequeñas que no pude retenerlas. A veces sueño con ellas, pero no las recuerdo: eran tan sutiles como un gesto. Esas palabras que no lograron alcanzar la dignidad de un discurso o de una promesa, sirvieron como contrapunto de la daga que se escondía al final de su garganta: «No lo disfruto». Lo que estaba detrás de su edificio de palabras sutiles no era una palabra más, sino un movimiento de manos que me mostraba la daga. Era un gesto de amenaza, como un asedio que no es la destrucción misma de la ciudad sino tan sólo la demostración que lo que muere puede morir dos veces.